lunes, 3 de septiembre de 2007

MARCELO LÓPEZ Los juglares de este lado del mundo

La tenacidad de Pepe Criado me lleva a participar con nombre propio en este libro, parte diario de un evento, parte libro de viajes de una experiencia, parte testamento de circunstancias y sensaciones personales, en definitiva, álbum de recuerdos y guión original de la película que se comenzó a grabar el mismo día que Wilson, y sus compañeros de organización y viaje, decidieron echar a andar con esta idea que, a buen seguro, dibujará sobre el lienzo de la poesía oral y la improvisación, los episodios más intensos de esta serie de aventuras. Yo, al menos, no me los quiero perder, aunque sólo sea por disfrutar de otro amanecer en El Tigre, pretexto difícil de rechazar.

Llegar a Argentina en pleno mes de noviembre fue para todos transportarnos de nuestra querida tierra La Alpujarra a otra igual de bella, de igual encanto, más viva, más intensa… más tierra. Fue llegar a una parte más de nosotros mismos. Pero además fue, para el maestro “Candiota”, un soñador de recuerdos como lo define Coral en este libro, un sueño cumplido, un objetivo alcanzado; aún se me pone la piel de naranja recordando el compromiso social de este hombre, su generosidad, su agradecimiento para con esta tierra grande, su riqueza intelectual, su planteamiento ante la vida, su amistad.

Llegó el grupo, siempre guiado por Pepe y su diario, compuesto y con música, violines y guitarras de Enrique Durán y Paco Real, la sabiduría del maestro Miguel, la risa y el show del maestro Paco Megías (nunca se sabe si es toro o torero), y yo, convidado cultural en una experiencia única que recordaremos siempre como una muestra espontánea, enriquecedora de verdades. Nada más llegar, y allí mismo, perdimos las mandarinas de Paco (al menos nos dejaron los “mantecaos” de Víctor), pero ganamos la confianza y la certeza de saber que Los Juglares del Mundo prometía ser una vivencia intensa, el primer paso de un proyecto con vocación de continuidad, sin límites. Un proyecto que ya comienza consolidado como un intercambio de culturas y tradiciones, soportado sobre un mismo tapiz de costumbres, de brotes de un mismo tallo, de tallos de un mismo tronco, de troncos de una misma raíz: La Poesía Oral Improvisada, trovada, cantada, payada, hablada…dicha, fruto del acervo cultural legado por dos tierras con la misma identidad.

“LOS JUGLARES DEL MUNDO”. Nadie como Wilson Saliwonczyk hubiera definido mejor este proyecto, encierra en sí mismo tanto sentimiento, connotaciones globalizadoras de una cultura única que nos obliga a difundirla, a recopilarla y a conservarla. La improvisación hecha poesía en sus diferentes variedades forma parte de ese carácter universal que tiene el folclore, la cultura de propio impulso emanada del pueblo, de su lengua y de su tierra. No deja de ser motivador que eventos de este calado resurjan o proliferen (da lo mismo) para arraigar estrechando los puentes que separan, pero comparten, en distintos puntos del mundo, la misma idea, el mismo compromiso, la misma historia. Historia que cantaron nuestros anteriores con la misma ilusión. Historias de épocas, no muy lejanas, que se desvanecen y difuminan en la memoria viva, que debemos rescatar, para mantener y conservar en la memoria presente, y transmitir a los que nos sucederán en este empeño. Participar conjuntamente en un mismo logro debe ser nuestro objetivo, no dar la espalda a la más básica y primitiva forma de expresión que el ser humano ha dispuesto siempre: la voz, la palabra.

Argentina aparecía ante nosotros infinita, intrigante, fascinante. Miguel se nos marchaba a otra época de penurias y miserias, de una España sumida en la pobreza, de pan y de libros. Quería a toda costa agradecer su hospitalidad y acogida a los “gallegos” que vieron y encontraron en esta tierra otra oportunidad a su desesperanza. Para el resto, aunque suponía lo mismo, era un motivo más matizado de agradecimiento a una invitación, lo que supimos dar no es ni comparable con lo que recibimos. De Abel Zabala, de Eligio Villalobos, de Pato Ferreira… y sus familias, de la familia de Roberto Ayrala (payador sampedrino). Eligio, el chileno, es de esos hombres que llevan surcada en la mirada la vida hecha vida, llena de sueños, esfuerzos y sudores puestos al servicio de su familia y sus amigos. Allí quedaron Susana Repetto, ”la maestra payadora”, energía, fuerza, compromiso, un libro de sabiduría abierto al aprendizaje del que se sabe con el deber cumplido, transmisora de un índice de valores desde su experiencia y su maternal sentido de la vida. Su hijo Emanuel Gabotto, heredero de su saber, ¡que envidia!, parte de ese propósito que componen David Tokar, Luis Genaro, Juan Alberto Lalane, Cristian Méndez… Wilson Saliwonczyk, maestros.

Montevideo, Uruguay, apareció en la noche abierta al inmenso mar como una ciudad europea, a veces iluminada. Coral y Gualberto nos recibieron, la velada del día 29 en el restaurante Bar & Noches, será inolvidable. Cabildo, hotel de las películas de Almodóvar, “gallega” también la señora, radio, paseo Plaza Matriz, Museo Torres García… Sala Zitarrosa. La despedida. La figura de Paco Megías apareció magistral, pareciera que toda su vida la hubiera vivido en los escenarios. Un hasta luego para Miguel Cadavieco y Marisa Salcines, montañeses, mas “gallegos” que nosotros. Arte, mucho arte, risas, alegrías, bondad. Marisa y Miguel, ellos.

Allí quedó Ignacio Salaberry y Mariana Carrizo, chiquita pero grande, muy grande:

“… Yo soy como la verdolaga
que en el campo verde nace…”

y sus bagualas, la palabra de Salta, su tierra, llenas de contenido, son pinchacitos de alfiler que se clavan divinos como de otra época, otro lugar, otros olores, otros sabores, otros colores…ya olvidados.

Debíamos hacer el camino de vuelta, recoger las miguitas de pan que habíamos ido dejando, con las maletas repletas de ideas, la lección aprendida y los corazones a medias, allí quedaba algo de nosotros: nuestros amigos, LOS JUGLARES DEL OTRO LADO MUNDO.

El Ayuntamiento de Vícar, al que represento, está firmemente decidido a fomentar este festival, a continuar apostando por su celebración, paralelamente a la realización y la gestión de otros proyectos que vendrán a enriquecer y a complementar su contenido: edición y difusión de textos y grabaciones sonoras, programación de actuaciones en directo, Centro de Documentación y Estudio… etc. Este municipio, que en su día celebró la XIX edición del Festival de Música Tradicional de La Alpujarra, está plenamente concienciado de la importancia y la transcendencia que tiene, como elemento único, este endemismo cultural que supone el trovo dentro del contexto global de la poesía improvisada. Tendemos la mano de la colaboración, estamos y estaremos al lado de los creadores, apoyando iniciativas, aportando ideas, recursos, medios… Vícar es Alpujarra, es trovo, es un municipio amigo de la cultura, de Las Culturas.



MARCELO LÓPEZ VALVERDE
AYUNTAMIENTO DE VÍCAR Almería (España)

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